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sábado, 17 de marzo de 2012

Santiago - Cáceres (17/03/2012)

De Santiago a San Patricio, después de disfrutar de una experiencia única que recomiendo a todo el mundo, vuelvo a casa.
Esta mañana estaba eufórico, radiante al echar la vista atrás y analizar todo el recorrido que he llevado a cabo. Me he levantado más tarde que de costumbre pues no había necesidad de madrugar. El desayuno de hoy ha consistido en unos más que apetecibles churros con café, para asistir después a la misa del peregrino, como siempre a las 12. Muy emotiva, aunque sinceramente habría sido mucho mejor haber llegado justo ayer para escucharla.
Poca actividad en la mañana de hoy pues todo sonaba a despedida. Ahora ya voy en el autocar con destino a Cáceres escuchando incesantemente a Luar na Lubre. Me voy triste, la verdad, pues se cierra este pequeño paréntesis, pero mañana será otro día, un día más y comienza una etapa espléndida seguro, llena de actividad y de reencuentros con familiares y muy buenos amigos/as.
Me encanta Galicia...
Después de una larga ruta directa desde Santiago hasta Cáceres, llego a mi destino a eso de las 04:00h de la mañana del domingo. Mucha gente por la calle de juerga que me van generando unos sentimientos encontrados. He pasado tiempo aislado de todo ese ambiente que ahora mismo defino como inmaduro, pero creo que es cuestión de días que lo vuelva a asimilar y ver como cotidiano. Mientras tanto yo sólo quiero llegar a casa con la bici, ducharme y descansar. Descansar e ir poco a poco asimilando todas las buenas experiencias y recuerdos. No sé cómo definir lo vivido, la verdad. Nada en concreto me movía a iniciar la ruta en este preciso momento, aunque tal vez era sólo una necesidad de demostrarme a mí mismo que podía hacerlo: organizarlo todo y dar el paso. Dar el paso, creo que es eso lo que nos cuesta siempre. Y curiosamente, como si de un círculo se tratara, vuelve de nuevo a mi cabeza la idea de cruzar el Rubicón. Y es que muchas veces sólo se trata de eso, de cerrar capítulos y no volver a mirar atrás.


Misa del peregrino

Bici empaquetada

Ría de Vigo

Ría de Vigo

Mi credencial

viernes, 16 de marzo de 2012

Arzúa - Santiago de Compostela (16/03/2012)

Último día de esta pequeña aventura cuya idea se gestó hace años, muchos años, pero que hace poco más de una semana que inicié.
Estoy escuchando Coldplay a la par que escribo. Coldplay me tranquiliza y ahora mismo me sienta a deber cumplido, a satisfacción y a júbilo. Tantas canciones que significan tanto con varias personas...
Sí, estoy en Santiago, no voy a decir que haya llorado al verla desde el Monte do Gozo porque el día ha salido completamente nublado y porque, sinceramente, no lloro con estas cosas. Pero al llegar a la ciudad y ver asomarse las torres de la catedral entre el resto de edificios ha hecho que me sienta sobre todo en paz.
No quiero soltar un discurso sobre vivencias, viajes iniciáticos, aristía ni cambios de ningún tipo, no aquí, por supuesto. Lo único que pesa de todo esto es la constatación de muchas cosas que siempre he pensado y que ni siquiera quiero expresar aquí, pues forman parte de lo más privado y cercano y debe de quedar ajeno a miradas desconocidas.
Vuelvo pues a tierra y redacto lo que ha sido el día:
Comienzo poniendo la nota musical al amanecer pues mi teléfono es el primero al que le suena la alarma y se escucha el "Stir it up" de Bob Marley a la vez que levanta a toda la habitación. Es hora de ponerse en pie, organizarlo todo para la que será la última etapa y desayunar bien, algo sumamente importante, siempre ;)
Partimos pues hacia Santiago en lo que será la etapa más corta de todas, 40kms. Dura, como todas, pero bella como ninguna. Y no defrauda en todos los sentidos. Queremos llegar antes de las 12 para asistir a la misa del peregrino, pero nos es imposible, llegamos con cerca de una hora de retraso.
Después de informarnos en la Oficina del Peregrino, donde además nos rellenan la Compostelana, vamos a instalarnos al albergue Mundoalbergue, de reciente apertura, muy cuidado y donde haremos noche por 16€.
La ducha es reparadora, nos vamos a comer una merluza exquisita, una Estrella Galicia refrescante, un café placentero y un chupito digestivo. De vuelta al albergue a descansar un poco y organizarnos para nuestra vuelta mañana a casa.
Salimos a visitar la catedral, visitar al Santo, "rezo" por todos a los que quiero y me consuelo sintiéndome en la catedral un poco más especial que el resto al considerar que he conseguido una hazaña. Mi más sincero respeto y admiración para el resto de peregrinos que veo deambular por naves, transeptos y girolas. Son verdaderos héroes que han realizado pequeñas hazañas diarias. Se nota perfectamente quién ha hecho más de 100 kms y quién no.
Visito la tumba del Santo y salgo a la Plaza del Obradoiro.
Correteamos por las calles Villar y Franco y nos paramos con cualquier mercader que nos ofrece algo para degustar. Compro algún regalo y nos volvemos a parar un poco más abajo, pues Sarai, una bellísima y simpatiquísima uruguaya nos obsequia con un poco de tarta de Santiago. Hablamos con ella un buen rato y aparece el nombre y carácter de Silvia. Todo queda en un intercambio, el blog como nexo de unión y los estudios en psicología como un atractivo inicial.
Volvemos a dejarnos llevar por el río de personas que a esas horas empiezan a llenar calles y plazuelas. Son las 5 de la tarde.
Me encanta Santiago de Compostela, lo sé, yo soy muy fácil de convencer cuando hay belleza de por medio, pero en Santiago es tan fácil dejarse llevar por el encanto de sus piedras como quedarse absorto ante el acento meloso de sus gentes.
Cena de lujo y copa para despedirnos a lo grande. Mañana me vuelvo a Cáceres, echo de menos mi Patio Chico.


Desayuno en la Confitería La Esquina

¡A Santiago!

¡A Santiago!

¡A Santiago!

¡A Santiago!

Santiago de Compostela

Cruz de Santiago

Santiago de Compostela (Catedral)

Santiago de Compostela (Catedral)

Santiago de Compostela (Catedral)

Cena en El Cayado

jueves, 15 de marzo de 2012

Samos - Arzúa (15/03/2012)

Hoy se celebran los idus de marzo. Tenía intención de llegar a Santiago hoy y honrar así el nombre del blog. Ha sido imposible pero estoy en Arzúa, a 40 kms de Santiago.
La jornada de hoy ha tenido pocas cosas reseñables. Una etapa rompepiernas, donde hemos combinado caminos y carreteras, algún descanso y trote ligero, para variar. El paisaje ha sido lo más bonito, la compañía maravillosa, pero hemos acabado rotos. Menos mal que hemos cumplido el objetivo de llegar hasta aquí. Eso sí, a los 3 nos gusta regalarnos bien de todo, pero sobre todo de buena comida.
No me lo puedo creer, mañana llegaré a Santiago por fin. Algo que parecía impensable hace más de 700kms se cumplirá mañana y me embarga la emoción. Puede parecer todo un poco tonto si se ve desde fuera y muchas veces cuando intento explicar los sentimientos me pierdo entre pensamientos, ideas y expresiones. Intento buscar y buscar la frase exacta que defina qué es lo que siento y ahí pierdo siempre la intensidad del momento.
En la vida todo tiene un principio y tiene un final, aferrarnos a lo interminable es un daño a nosotros mismos pues es no querer que las cosas cambien. Pero hay que saber asumir esos cambios y afrontar el final con la satisfacción que da mirar para atrás y saber que no se hizo daño a nadie, que los momentos de sufrimiento se superaron y que el final está ahí sólo para poner fecha a esa etapa. Eso es lo que espero sentir mañana, más tranquilidad.
Este albergue está también de lujo y muy cerca de todo el centro. He cenado una parrillada de verduras y unos chipirones a la plancha como hacía tiempo. Hemos conocido a Joan, un gallego que regenta el bar de enfrente y que nos ha dejado pasmados con todos los retos que lleva cumplidos en su vida. Estoy conociendo a mucha gente que vive esto de las rutas y el ser nómada de manera profunda. A veces me entran ganas de preguntarles directamente que por qué coño lo hacen, porque muchas veces no lo entiendo, pero me corto. La última locura de Joan es la de llegar a Jerusalén en bici, con eso lo digo todo.
Hoy son pocas cosas las que puedo contar, me quedo con el imposible conseguido ayer, con lo que espero de mañana y con que hoy ha sido una jornada poco divertida, sin no es por la compañía, aunque repito que el paisaje todo lo compensaba.
Mañana estaré en Santiago y habré cumplido un sueño.


Monasterio de Samos

Monasterio de Samos

Monasterio de Samos

Monasterio de Samos

Parada en El Camino

Cruzando el Miño

Vacas saludándonos

Sarria

Parada en El Camino

Descansando en Arzúa

miércoles, 14 de marzo de 2012

Molinaseca - Samos (14/03/2012)

Despierto en Molinaseca. Descansado, relajado y con pocas ganas de coger la bici y hacer la ruta. Quiero quedarme descansando un día más, aunque la relación calidad-precio del hotel no es muy pareja.
Me arreglo, me despido y me pongo en marcha. Quiero ir tranquilo, las etapas anteriores han sido demasiado duras y necesito tomármelo con calma. Y disfrutar leñe, que uno se emociona a veces con las cosas y se olvida de que lo importante no es postergar la felicidad, sino disfrutar del momento. Así que así hago en primera instancia, pues salgo sobre las 09:30 y me encamino a Ponferrada, la atravieso y me gusta poco y quiero salir cuanto antes. Dios, qué horror de ciudad, lo siento por los oriundos.
Paro a desayunar en las afueras y el café me sienta de vicio. Y la tostada, y las rebanadas con aceite...
Ya sí que empieza mi día. La verdad es que me siento cómodo hoy, primeros kilómetros llanos, buena marcheta y un paisaje en sintonía con el estado de ánimo. Ahora sí que vuelve a empezar a ser bonito todo.
Sin embargo sé que la de hoy es la peor etapa de todas, o al menos para eso me había estado preparando. La subida a O Cebreiro ya se había convertido para mí en una leyenda, sin conocerla. Voy sintiendo poco a poco la presencia de esa montaña a medida que me acerco a Villafranca del Bierzo. No tengo ni ánimos para pararme, sólo algo parecido a miedo. Curiosamente me llama mi amigo Jesús el Presidente y le cuento todo lo que estoy haciendo, ya que él no sabía nada, y se queda sorprendido y me infunde unos ánimos que hacen que el resto del día sea mucho más agradable.
Había leído tanto sobre la montaña en las guías y foros que en mi mente empezaba a establecerse una lucha de poderes entre mi mente, la confianza y la dureza que esperaba. Me acuerdo del libro de Hemingway "El viejo y el mar" o de "Moby Dick", donde el duelo hombre-bestia se convierte casi en el modus vivendi de los protagonistas. Así me siento enfrentado a algo que desconozco.
Y la montaña no aparece como tal, pero la batalla comienza cuando sé que a partir de Herrerías estoy de lleno en las primeras rampas. Cuesta, cuesta mucho, pero ahí estoy, en el corazón del Bierzo intentando atravesar hasta Galicia. No veo la cima, de hecho no sé dónde está, así que me deleito con la arquitectura, que me es familiar. Identifico en Vegas de Valcarce las primeras casas indianas, síntoma de lo que para mí es parte de la arquitectura típica gallega. ¡Este sitio es precioso!
Sigo subiendo y cuesta muchísimo, pero me contento al ver que atrapo a una pareja de ciclistas y los sobrepaso tranquilamente. "Coño, si al final voy a ir mejor de lo que pensaba", me digo.
Paso varias veces por debajo del mismo viaducto, el de la A-6, pero cada vez el viaducto está más cerca de mi cabeza, hasta que empieza a estar debajo. Ni rastro de la montaña todavía. No ha sido tan pesada la subida, pero es que, iluso de mí, todavía quedaba más, mucho más. Creo llegar al pico O Cebreiro pero no, me equivoco y estoy más abajo. Al final llego, 1300m y un desnivel de 800m acumulado en esa subida. Pero quedan todavía dos más y lo peor es que bajo lo subido para volverlo a subir.
Al final llego al pico de Poio bastante exhausto. Las vistas son preciosas pero en ese mismo momento estoy muy cansado y necesito reposar. Es una lástima que siga sin llover en toda España y eso se nota en todos los campos.
Paro arriba y me como un bocadillo y una coca-cola y cuál es mi sorpresa cuando veo aparcadas en el bar de al lado las bicis de mis amigos de Teruel. ¡Increíble! ;)
Nos contamos qué tal nos ha ido en nuestras respectivas subidas y coincidimos los tres en su dureza. Quedamos para intentar coincidir el mismo pueblo en la bajada y hacer noche.
La bajada es espectacular, pero dura poco y encima el final de la etapa está regado de toboganes rompepiernas, esto es una verdadera penitencia. Llego solo a Samos, pues había salido más tarde de arriba, pero éstos me estaban esperando en el albergue, anejo al Monasterio de los Benedictinos.
Ni corto ni perezoso los tres nos vamos a una misa gregoriana a la que nos invita el padre Cristóbal. Disfruto muchísimo más de la visita guiada que nos hace por todo el monasterio, que es sencillamente mágico, que de la misa: sus claustros, la gigantesca iglesia, la sacristía, el resto de dependencias. La sacristía contaba con la representación de las virtudes cardinales y teologales, que tanto me encantan. Hago mención a su aparición en la baraja española y todos se sorprenden. Yo y mis conocimientos absurdos...
Finaliza la visita tan especial prometiéndole al padre que pediremos por él en Santiago.
Cenamos de lujo, pues ya estamos en Galicia y a esperar mañana nuevas ocurrencias en mi peregrinar a Santiago.
PD: Hoy el tiempo ha jugado a mi favor y la paciencia me ha hecho ver que todo pasa. Hoy he superado un fantasma que ya no es tal.


Ponferrada

Cacabelos

Villafranca del Bierzo

Villafranca del Bierzo

Villafranca del Bierzo

Villafranca del Bierzo

Villafranca del Bierzo

Subida a O Cebreiro

Entrada en Galicia

Pedrafita

Pico O Cebreiro

Triacastela

Monasterio de Samos

Monasterio de Samos

Monasterio de Samos

Monasterio de Samos

Monasterio de Samos

martes, 13 de marzo de 2012

León - Molinaseca (13/03/2012)

Nos levantamos todos y desayunamos. Curiosamente el albergue de León incluye el desayuno en el precio de 5€ que cuestan casi todos los albergues. Las tostadas y el café sientan de maravilla a primera hora de la mañana.
Y llegan las despedidas, Javi ya se vuelve a Barcelona, así que nos despedimos, intercambiamos opiniones y esperamos vernos en el futuro en otra de éstas.
Hoy voy con Ángel y Berni, al menos hasta Astorga y luego ya veremos. La salida de León es bien fea, sólo se salva alguna fotillo que le hice a una de las iglesias modernas que encontré en el pueblo de La Virgen del Camino, pero hasta ahí es la típica salida por un polígono industrial. Eso sí, León bien vale 10 visitas más. El ritmo es muy fuerte desde el principio, demasiado para mí. Llegamos a Astorga en nada de tiempo, allí almorzamos fuerte y llamo a Rafael y Julita, dos amigos de Ruth que conocí cuando subí con Ruth y Enrique a Astorga y León. Majísimos, tanto que me volvieron a ofrecer la casa en la que nos quedamos la otra vez por si necesitaba quedarme el tiempo que quisiera. Se lo agradecí, pero sólo quería verles, lástima que estuvieran a punto de salir a visitar a uno de sus hijos a León, no pudimos vernos. Rafael ha dedicado su vida a hacer y vender los mejores hojaldres con miel de todo el mundo.
Después de almorzar iniciamos la ruta de nuevo, aunque acuerdo con Berni y Ángel que tiren para adelante a la más mínima pues no voy a poder aguantar su ritmo, voy a reventar. Paro en Murias y le hago una foto a la casa de Rafael, paso por Castrillo de los Polvazares, donde hacen el mejor cocido maragato del mundo. Lástima que ésta no sea una nueva ocasión para degustarlo de nuevo. Poco después me pierdo y me desengancho del grupo. Realmente las piernas no me están respondiendo y necesito y buen descanso.
Me planteo llegar hasta Rabanal del Camino y dejar la subida a la Cruz de Ferro para mañana. No puedo más...
Llego a Rabanal y la verdad es que voy muy bien de tiempo. Decido descansar a la sombra de un árbol un rato bueno y echarme una medio siesta. Al descansar, alimentarme y relajarme pienso que definitivamente voy a afrontar la subida a la Cruz de Ferro, quiero hacerlo. Es horrorosa, cansina, infernal, la odio, pero poco a poco, poco a poco, tirando de mucha paciencia y poco desarrollo estoy arriba. ¡No, coño! ¿Otra subida más? No puedo ;)
Por fin arriba en la Cruz de Ferro, estoy solo. Grabo vídeo, echo foto, tiro la piedra que llevaba desde Cáceres y a descansar un rato comiendo fruta. ¡¡Qué espectáculo. Y estoy solo!!
Sube una peregrina francesa y nos ponemos a hablar de cualquier cosa, es del Cantal, en Auvernia. Y bajo, y mientras bajo me maravillo y decido que es la mejor etapa del Camino sin duda, por todo: su dureza, su belleza multiplicada por mil.
He entrado en el Bierzo y voy disfrutando como un niño chico con la bajada. Paso por Manjarín y su extraño refugio. Me paro, me sellan y hablo unos minutos con Antonio, quien ha hecho el camino 14 veces. Y bajo, y bajo, y bajo, y disfruto. Y bajo, y bajo... Y llego a Molinaseca y nada más ver el
pueblo desde arriba me digo "Aquí me quedo sí o sí". Un pueblo precioso, muy verato, pero estoy cansado y necesito descansar. Decido quedarme hoy en un hotel y regalarme un poco, que me lo merezco. Me quedo en La Posada de Muriel, un hotelito muy coqueto que regenta Jean Belda, un francés que se quedó prendado de esto en su tercer camino y puso el nombre del hotel en honor a su hija. Jean tiene una vida apasionante, pero lo que más me gusta es su voz, que se parece a la de
un narrador muy conocido de TVE.
Esta experiencia es única, cada día lo confirmo.
PD: Ni llueve ni hace nada de frío.

León (Antiguo Convento de San Marcos)

Saliendo de León

Saliendo de León

Virgen del Camino (Basílica)

Recién llegados a Astorga

Astorga (Palacio Episcopal)

Astorga (Catedral)

Astorga (Catedral)

Murias

Murias

Castrillo

Parada en el Camino antes de la Cruz de Ferro

Cruz de Ferro

Manjarín

Bajada desde la Cruz de Ferro

El Acebo (León)

Riego de Ambrós (León)

La Posada de Muriel (Molinaseca)

Molinaseca

La Posada de Muriel (Molinaseca)

Molinaseca (Puente Romano)