Aparte de pequeños ajustes en la bolsa de manillar, que se solventaron con la modificación de los acoples, la principal dificultad está a día de hoy en el transportín. Todavía no sé si aguantará el invento durante toda la ruta, pero es el principal quebradero de cabeza y todo porque la bici no venía preparada para instalárselo. La solución: unas pletinas metálicas en "L" que me han permitido extender los soportes y además usar el cierre rápido como medida de agarre.
Os pongo una foto para que juzguéis y aprovecho para agradecerle a José Antonio su tiempo para agrandar los agujeros con un taladro, pero sin las herramientas necesarias en casa es lo único que se me ha ocurrido para salir del paso. Me vendría además fenomenal que uno de los agujeros fuera doble o triple de largo, para poder meterle un tornillo más y tener doble sujección. En fin, cosas de la improvisación.
Muchísimas gracias a Carmen, Julio y Milo por su ayuda a ultimísima hora.
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